Diario de Navarra
El fuerte de Alfonso XII, conocido popularmente como San Cristóbal, está formado por tres edificios: el más grande y conocido, situado en el centro, y otros dos edificios, uno en el este y otro en el oeste.
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La visita comenzó en la entrada del fuerte, que fue construido entre 1878 y 1919 bajo la dirección del comandante de ingenieros José de Luna y Orfila. "Tiene un diseño muy novedoso, es octogonal. Al rey Alfonso XII le gustó tanto que ascendió de categoría a De Luna como reconocimiento a su trabajo. En su época, este fuerte era de los mejores de Europa, pero enseguida se quedó obsoleto. Está muy bien escondido y hundido en el monte Ezcaba y muy bien defendido por los fosos exteriores y los fusiles que se colocaban en las murallas. Era casi imposible que un enemigo llegase a entrar andando. Pero todo esto ya no sirvió de nada cuando en las guerras entró la aviación. Es muy fácil bombardearlo desde el aire".
1.100 soldados
Antes de que el fin principal del fuerte, el de defender Pamplona y la Comarca, desapareciese, la fortificación estaba preparada para albergar a 1.100 soldados que, en caso de guerra, podían subsistir 4 meses sin ayuda del exterior. Para ello, el Ejército compró un manantial situado en Berriozar con el que se abastecía el fuerte, además de con el agua de lluvia. Los depósitos de agua tienen una capacidad de 315 millones de litros.
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Aunque en la actualidad el fuerte es propiedad del Ministerio de Defensa, en el año 1934 dependía del Ministerio de Justicia de la Segunda República, que lo utilizó como penal desde la revolución minera de Asturias de octubre.
Durante la Guerra Civil y hasta 1945, el fuerte fue utilizado como cárcel política y desde 1945, como sanatorio penitenciario. "En esta época tuvo lugar una de las fugas más masivas de la historia. El 22 de mayo de 1938, 795 presos se fugaron por la puerta aprovechando que sólo había 6 soldados. Murieron 211 presos". Los túneles construidos en el subsuelo del fuerte comunican los tres edificios que lo conforman y los fosos. "Es un falso mito que el fuerte de San Cristóbal esté comunicado por túneles con la Ciudadela. Sería algo imposible porque hay que atravesar el río".
Asimismo, el Fuerte contaba con cuadras en las que se instalaban las mulas de carga, utilizadas para la construcción y el aprovisionamiento del fuerte, así como las letrinas y los tres calabozos de los soldados.
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Sin cañones
A continuación, se adentraron en una de las galerías casamatadas. Se trata de un edificio formado por 16 casamatas: habitaciones con una pequeña ventana en la que se colocaba un cañón para defender el fuerte. En el techo podían verse las argollas para sujetar los cañones. En la parte más próxima a la ventana se colocaba el cañón, y en el otro extremo, las habitaciones de los soldados de artillería. Sin embargo, a pesar de estas 16 casamatas orientadas hacia la carretera de Estella y la de Zaragoza, las 9 de la zona este, las 9 del ala oeste y las 27 de la zona norte (61 en total), nunca hubo cañones en San Cristóbal; no dio tiempo a transportarlos al fuerte antes de que perdiese su función defensiva.
De vuelta en el patio, en el subsuelo existen otras tres plantas. En ellas se encuentran los lavaderos, el almacén de víveres y 16 aljibes que guardaban el agua de lluvia.
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La siguiente parada, "la parte noble de la fortaleza, el edificio de pabellones y el de accesorios, donde se ubicaban la cantina, la sala de visitas, las duchas, la biblioteca, el cuarto de la caldera, las cocinas, el botiquín y la enfermería, así como las habitaciones de los presos". Una de las cosas que más llama la atención es el suelo de una de las salas del edificio de pabellones, totalmente cubierto de carbón. "Aunque lo parezca, aquí no hubo ningún incendio. El carbón se utilizaba como aislante y como absorbente de la humedad". En el edificio de accesorios también pudieron verse los tres hornos: de leña, de carbón y para fabricar pan.
Capilla y zona "elegante"
La siguiente parada fue la capilla. Tanto su fachada como su interior son blancos, lo que la diferencia del resto de construcciones del fuerte, en las que predomina el gris de las piedras y el naranja de los ladrillos. "Esta es la zona más destacada del fuerte. Junto a la capilla estaban las dependencias del general del fuerte, así como de sus ayudantes, la casa del capellán y la del electricista, una de las personas más mimadas, ya que la fortificación funcionaba con electricidad".
La zona "más elegante"; tras descender unas estrechas, empinadas y oscuras escaleras de caracol, los asistentes recorrieron otras escaleras muy distintas: anchas, iluminadas y regulares. "Todo el fuerte está construido de forma sobria y austera, pero esta es la única licencia que se permitieron, un pequeño capricho para los mandos".
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